jueves, 8 de julio de 2010

Capitulo 5: ?

-He dicho que no.
-Mamá, te lo estoy pidiendo bien.
-Ruth, este perro viene de la calle, ¿y si tiene alguna enfermedad?
-¡Es una perra! Y está sanísima, ¿es que no la ves?
-No quiero ni verla...
-Joder, mamá, ¿y por qué no? En serio, dame una buena razón. Dime por qué no podemos quedárnosla. Por qué no puedes hacer algo por mí. Por qué estás siempre en mi contra. ¿Qué he hecho mal? ¿Tan horrible soy? ¿Nunca voy a tener nada?
-Ruth no es por ti...
-Claro que no es por mí, ¡es por ti! Por ti, por ti y por ti, porque solo puedes pensar en ti. Tu casa, tus reglas, tus cosas, tú, tú, tú ¿y yo qué? Mamá, ¿cuándo fue la última vez que te pedí algo? Creo que ya merezco un poco de felicidad.
-¿Acaso no eres feliz?
-Créeme, con esta perra seré mucho más feliz.
Susana entrecerró los ojos.
-Pensaba que tu felicidad dependía de cosas más importantes que un simple... chucho.
-Ya ves, es lo que tiene mudarte con tu madre divorciada a un pueblo desconocido en el que no conoces a nadie y no poder volver atrás porque tu padre pasa de ti. Que felicidad te queda poca. Y con algo habrá que llenar ese vacío.
-Ruth, no vayas por ahí.
-Claro que voy por ahí. ¿Te resulta fácil convencerte de que todo va bien? ¿De que ahora somos más felices que antes? Porque eso no es verdad. Nada está bien, asúmelo.
-¿Piensas que antes éramos felices?
-No. Pero tú crees que un divorcio y una mudanza es la solución. Y no es así, mamá. Porque para olvidar todo lo que he pasado necesito tiempo. Pero tú quieres pensar que ya somos una familia feliz, que tu hija es una niña feliz y sin problemas. Y puedes intentar mentirle a los demás con eso, pero no puedes mentirte a ti misma. Porque claro que tengo problemas, y justo ahora que no podría tener más, te pido que me des un perro, te pido un regalo, algo que me haría muchísima ilusión, y tú, sin preámbulo, me contestas que no. Pues vale, mamá. Así lo estás arreglando.
Su madre la observó silenciosamente.
-Me voy a mi cuarto... Necesito pensármelo.
Ruth observó a su madre yendo hacia su cuarto. Acto seguido se tiró en el sofá de mala manera. Se le humedecieron los ojos, pero ella los cerró con fuerza y contuvo las lágrimas. Noah daba vueltas por la casa. Cuando Ruth se giró para mirarla, la pilló haciendo pis en una esquina.
-Noah, ¡no!
Se levantó y la cogió del suelo.
-Aquí no se hace pis... Mierda, iré a por una fregona.

~Incompleto.

1 comentario:

  1. Hola Tristall !! Llegué a tublog puro paseando sin rumbo, quizás Dios o quien sea me haya traído. Pues después de leer algunos comentarios tuyos me he dado cuenta que tenemos muchísimo en común...eres profundamente reflexiva, muy sensible y con un gran mundo interior pero en esto hay una gran heroína pues tu buscas rehuir de lo que yo busco, tu sufres por lo que para mí es una herramienta de dar amor y compartir... me parece que somos muy parecidas y sin embargo estamos en lados opuestos.
    Siempre la moneda tiene dos caras y puede ser interesante saber que hay del otro lado.
    Yo soy cocinera, tengo 2 blogs; uno de pintura y otro de recetas. Estas dos artes me colman de alegría y me ayudan a dar lo mejor de mí a quienes me rodean.
    Te invito a visitarme si no quieres ir a mi blog de recetas me puedes visitar en el de pintura.
    Te mando un abrazo.
    Rosario.

    ResponderEliminar